La formalización jurídica de las relaciones internacionalesen el ámbito público ha estado circunscrita en la modernidadal marco creado y gestionado por el Estado. En el proyecto de la modernidad son los Estados los depositarios de lacompetencia en materia de relaciones internacionales, almenos en su aspecto público.

De acuerdo con ese modeloson los Estados quienes pueden formalizar acuerdosregidos por el derecho internacional y crear obligacionespor medio de tratados (ius contrahendi) y son los Estadoslos únicos capaces de relacionarse al máximo nivel pormedio de representaciones diplomáticas que se reconocencomo iguales (ius legationis).

Solo el Estado toma parte enun derecho público internacional que, como rezaba la viejadefinición de la Corte Permanente de Justicia Internacional,“gobierna las relaciones entre Estados independientes”(Caso Lotus, 1927).